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Pero… las plantas también sufren, ¿o no?

  • Enriqueta Ramírez
  • Oct 27, 2015
  • 3 min read

​A pesar de que el veganismo se ha practicado durante siglos, es aún desconocido en nuestra cultura que está influenciada principalmente por occidente, sin embargo, en El Salvador la comunidad vegetariana y vegana va en crecimiento, y esto en parte es posible gracias al acceso a la información a través del internet y de las redes sociales. Claro, así como podemos encontrar los argumentos y la evidencia que sustentan nuestra decisión, también encontramos opiniones que buscan desvirtuar este estilo de vida, por ejemplo, afirmaciones sobre “descubrimientos recientes” que demuestran que las plantas experimentan el dolor al igual que los animales y que por lo tanto, el veganismo no tiene sentido. No pude evitar preguntarme cual era el fundamento de esta aseveración cuando la escuché por primera vez.

El dolor es como muchas otras sensaciones que no podemos definir con exactitud, pero que todas las personas podemos reconocer al sentirlo, independientemente de su intensidad, y esto es posible gracias a la existencia en nuestros cuerpos de un Sistema Nervioso Central formado por nervios y un cerebro que convierten las sensaciones en fenómenos fisiológicos y psicológicos.

En este marco, la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, lo define como una experiencia sensorial desagradable que se produce cuando llegan a distintas áreas corticales del Sistema Nervioso un número de estímulos suficientes para causar una reacción incómoda. Además, se considera que la capacidad de sentir dolor es también una estrategia evolutiva que permite huir de posibles peligros.

El Sistema Nervioso - en sus distintos grados de complejidad- es una característica animal, y si bien es cierto que se realizan experimentos para demostrar la capacidad de comunicación de las plantas, la evidencia actual demuestra reacciones automáticas, físicas o químicas en ellas, pero nada de manera concluyente como sensaciones que se parezcan a la angustia, al estrés y la ansiedad que si experimentamos los animales, por lo tanto la respuesta está en la presencia o en la ausencia de un Sistema Nervioso, mismo que es inexistente en las plantas asi que ellas no experimentan el sufrimiento, al menos no en la forma en como entendemos el dolor.

Lo que si es propio de la naturaleza humana, es el temor a lo desconocido, y la idea de una vida vegana puede despertar distintas reacciones, puede resultar tanto intimidante como absurda especialmente para las personas que no son particularmente sensibles al sufrimiento animal, además puede resultar incómoda porque también cuestiona los conocimientos y las creencias que siempre hemos tenido, y es aqui donde surge la necesidad de demostrar que da lo mismo alimentarse de animales o de plantas, que por algo aquel famoso dicho ¡De algo nos tenemos que morir!

La realidad es que el llevar una vida vegana es una decisión personal que debe estar interiorizada para que no resulte una pesada carga, y también debe basarse en la información, estoy segura de que si en un futuro se lograse demostrar que las hortalizas, semillas y cereales que comemos experimentan algún tipo de sufrimiento, trabajaríamos para encontrar alternativas.

Finalmente tengo que resaltar que el veganismo no es inocuo, desde el momento en que existimos y respiramos ya causamos un impacto en este planeta y este estilo de vida no está exento de esta realidad, pero el veganismo si es una postura ética que rechaza la condición de mercancía de los animales debido a su condición de seres sensibles y se opone a su opresión, creemos que la paz comienza en cada plato de comida.


Más en:

International Association for the Study of Pain http://www.iasp-pain.org/


 
 
 

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